Zonas económicas especiales:
Nueva escalada neoliberal
J. Enrique Olivera Arce
Pulso crítico
“Ya que no tenemos información
hagamos uso de nuestra imaginación”: El privilegio de
opinar, Manuel Ajenjo
Apenas el pasado
miércoles 19 de los corrientes, en un maquinazo más en torno a la sucesión en el gobierno de
Veracruz, entre otras cosas argumentaba que: “Lo paradójico es que en el caso del PRI el populismo al que se pretende
combatir es la argamasa que da sustento al dinosaurio redivivo. Luego la
búsqueda de la unidad en el seno del tricolor y en torno a Peña y sus
reformas, será interna y de franco enfrentamiento a la dinámica inercial del
asistencialismo populista y demagógico practicado por décadas”. Tres
días después reunido con los diputados electos priístas, Luís
Videgaray, titular de la SHCP ,
anunciaba la iniciativa del Sr. Peña para crear zonas económicas especiales “…con
una lógica no asistencial o remedial (sic)”, para potenciar ventajas
comparativas regionales y crear desarrollo.
Ni remedios
coyunturales reactivos ni más asistencialismo en regiones focalizadas del país,
como fórmula neoliberal que atendiendo a las vaivenes del mercado globalizado,
generen mayor productividad y competitividad en base a ventajas comparativas, utilizando menos recursos para
producir bienes y servicios en comparación con otros países y/o producir de
manera más eficiente en las diversas opciones o alternativas de producción con
que cuenta México en su mosaico regional.
Esto, sin duda,
orientado al mercado exterior y en el marco de los tratados de libre comercio
signados por el gobierno de México. Pero también, en la coyuntura, un tímido
intento de los aprendices de brujo por acotar el modelo neoliberal de país a
las regiones con mayor potencial “modernizante”.
Un giro de 180
grados tanto en la economía nacional como en las políticas públicas y la
política política, que por principio de cuentas auspiciará mayor aceleración de
desigualdad y pobreza entre regiones y, al interior de cada una de éstas,
polarizando y confrontando al México neoliberal “modernizante” con el México
más atrasado y estancado en el subdesarrollo.
En la
jerarquización de prioridades, las de orden social estarán subordinadas a
propósitos y objetivos productivistas en las regiones con mayores ventajas
comparativas, en tanto que en el resto del país, con ventajas marginales,
regiones enteras serán dejadas a su suerte transitando por los viejos caminos
de la exclusión y el abandono.
El presupuesto
federal con base cero, responderá a este “novedoso” mecanismo, favoreciendo
sectorial y regionalmente a aquellos rubros de la economía que ofrezcan en el
corto y mediano plazo, mayor potencial de productividad y competividad en
términos de ubicación geoeconómica, geografía, clima, disponibilidad de suelo y
agua, infraestructura, recursos humanos calificados, disponibilidad de recursos financieros, innovación
tecnológica y bajos salarios entre otras
variables como gobernanza y paz social.
Y ni que decir de
la política monetaria, adecuando la paridad cambiaria del peso frente al US
Dólar a las ventajas comparativas por potenciar.
Instrumentación y política política
Para poder
instrumentar tal cambio – este sí de orden estructural-, el gobierno del Sr.
Peña requiere de la más conspicua cercanía de la partidocracia, tanto para el
combate frontal al populismo de Estado que se le opondría en tal propósito,
como para frenar toda manifestación de resistencia social en su implementación.
En lo mediato, tener una mayoría dócil y sumisa en el Congreso de la Unión para legitimar el
relevo de caballo a la mitad del río, tal cual lo recomiendan los organismos
financieros internacionales para salir de la profunda crisis multidimensional
por la que atraviesa México.
Lo complejo del
asunto es que fuera del marco legislativo en el que todo marcha como miel sobre
hojuelas para Peña y su partido, la partidocracia en su conjunto no está
preparada para enfrentar rechazo y resistencia al giro que pretende
imprimírsele a la economía nacional. En su caso, tampoco el PRI estaría
dispuesto a sacrificar votos a cambio de respaldar en el mosaico nacional la
pretendida extinción de asistencialismo y “remediación” reactiva.
Como tampoco el
nivel de aceptación de un presidente que se achica día con día ante la opinión
pública, da para atraer el respaldo de una amplia base social en lo que resta
del sexenio para instrumentar esta nueva escalada neoliberal. Agudizándose la
no correspondencia entre propósitos económicos y política política.
Economía y sucesión en Veracruz
Así, esta nueva
figura “nunca intentada en México” a decir de Luís Videgaray, para el caso de
Veracruz será un elemento más a considerar en el proceso de sucesión en la
gubernatura del estado, dentro del marco de propósitos y objetivos
neoliberales convenidos en el llamado “pacto por México”. Partidos y aspirantes
a candidatos tendrán que conjugar economía política, economía y finanzas
públicas, con la política política en un terreno para ellos inédito, atendiendo
a:
- ¿Qué fortalezas tiene y puede ofrecer
Veracruz para ser incluído en el novedoso esquema de zonas económicas
especiales?
- ¿Cuáles son sus ventajas regionales
comparativas frente a otras entidades federativas que hagan merecedor a
Veracruz a ser considerado en el nuevo orden de prioridades?
- ¿El sector primario arrastrando una
agroindustria azucarera obsoleta y antieconómica?
- ¿La pequeña y mediana industria de
transformación, descapitalizada, estancada y de espaldas a la innovación
tecnológica?
Estas
interrogantes, entre otras, que no sólo deben hacerse los aspirantes al mini
gobierno de dos años, también la sociedad en su conjunto para ubicarse dentro o
fuera de esta escalada neoliberal, habida cuenta de que, por decir lo menos,
Veracruz atraviesa por una etapa de postración económica en la que ni
productivismo ni asistencialismo en el medio rural y urbano, son respuesta exitosa a la problemática toral
hasta hoy ignorada por un gobierno estatal fallido, hiperendeudado, y que día
con día languidece víctima de sus propias contradicciones.
Hojas que se lleva el viento
Tanta es la
opacidad y ausencia de información puntual y contundente, y tantos son los
dimes y diretes y especulación poco sustentada en el tema permanentemente
reciclado de la deuda pública de Veracruz que, resumiendo, en el
imaginario colectivo sólo queda la percepción de que habiendo gato
encerrado, lo que se sabe es que no se
sabe nada, por lo que la cifra valedera es la mayor manejada mediáticamente. De
todos modos, más o menos deuda, será la
sociedad en su conjunto la que hoy, mañana o pasado mañana, pague los platos
rotos.
Xalapa, Ver.,
agosto 25 de 2015.
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