Veracruz. Deuda pública,
especulación y debate
J. Enrique Olivera Arce
Pulso crítico
Siempre dentro del
marco de la especulación, rumorología y dimes y diretes mediáticos en torno a
la deuda pública de Veracruz, a mi parecer destacan tres vertientes en las que amplios sectores de la opinión
pública están coincidiendo y que
podríamos resumir en igual número de interrogantes:
- Aceptando sin conceder que el monto
total de la deuda es la cifra que oficialmente diera a conocer el Sr.
Duarte de Ochoa, ¿en que se empleó un recurso público que obviamente no
benefició a los veracruzanos?
- ¿En que contribuyó el multimillonario
endeudamiento gubernamental al crecimiento económico y soberanía
alimentaria, así como al abatimiento
de desigualdad, pobreza, analfabetismo, desempleo y pérdida de calidad de
vida de los veracruzanos, fijados como objetivos en el Plan Estatal de
Desarrollo?
- ¿La reestructuración y negociación
disminuirá o incrementará el monto total de la deuda pública, y en que
medida resolverá en lo que resta del sexenio fallido la ineficiencia e
ineficacia del gobierno duartista?
A estas
interrogantes que la población hace suyas,
se habría que añadir la
convicción que anida en el imaginario colectivo, de que el endeudamiento es
consecuencia de la corrupción y el enriquecimiento explicable e impune de un
puñado de servidores públicos.
En medio de la
opacidad, desinformación y defensa de lo indefendible, la obviedad de las
interrogantes y las posibles respuestas, con el contundente análisis de Hilario
Barcelata Chávez (Veracruz. Las falacias de la deuda pública), deja ya poco
margen para seguir hilando en torno al tema del monto global de la deuda
pública veracruzana. Más o menos deuda, para el caso es lo mismo, elevándose el
nivel de la discusión y el debate entre la opinión pública interesada, a lo
verdaderamente relevante para la vida social, económica y política de la
entidad:
¿Cuándo, dónde,
como, en qué, se aplicaron los miles de
millones de pesos que conforman la deuda pública existente?
¿A quiénes
benefició el endeudamiento con obras y servicios públicos de calidad?
La reestructuración
Y para los que
saben del paño, ¿en qué beneficia o perjudica una reestructuración de la deuda
bancaria y bursátil? Toda vez que se da por sentado que la negociación implica
sumar al principal tanto comisiones como capitalización de intereses y, de
ninguna manera, quita o, en su caso, absorción de adeudos por parte del
gobierno federal. Negociándose plazos y tasas de interés sin que disminuya y sí
se incremente el monto total de la deuda.
Luego da igual si
corresponde al gobierno del estado o al senador Yunes Zorrilla, el tomar la
iniciativa en la negociación.
Quedando entonces la
impresión en la opinión pública que lo único que se persigue con la
reestructuración es que la administración pública estatal culmine el sexenio
duartista libre de tropiezos y sinsabores. Dejándole el tiradero al mini
gobierno entrante que recibirá una hacienda pública mermada en liquidez, y capacidad
para obtener nuevos créditos, así como en capacidad de pago y garantías ante la
disminución creciente de aportaciones federales y captación de recursos
fiscales propios.
Amén de que el
gobernador de dos años tendrá que bailar, ahora sí, con la más fea, política y
socialmente, obligándose a una estrategia de austeridad y disciplina en el
ejercicio del gasto que repercutirá en propósitos, objetivos y metas de
crecimiento económico, en perjuicio de los sectores más vulnerables de la
población.
Pues por mucho que
fuere el ahorro al apretarse el cinturón, el tiempo y recursos perdidos nadie
los repone, quedando imposibilitada la nueva administración para dar un nuevo y
renovado impulso a crecimiento económico y bienestar social de la población.
La discusión y el
debate en la opinión pública tienen para
largo y el bombardeo mediático que le alimenta, no cesará en tanto la deuda sea
tema del discurso proselitista de quienes aspiran a suceder al Sr. Duarte de
Ochoa. Por lo pronto, y más allá de la especulación, dimes y diretes, Veracruz,
en su economía y tejido social, profundiza su crisis sin que la política
política frente al desastre anunciado, la pueda frenar o evitar.
¿O sí?
Hojas que se lleva el viento.
Nada esperanzador
el cambio de jinetes a mitad del río en el gabinete legal del Sr. Peña Nieto. Más
de lo mismo con los mismos rostros, las mismas ineptitudes y, sobre todo, con
el mismo proyecto de nación sustentado en reformas y políticas públicas que la
población por principio rechaza. El mismo grupo de exquisitos elitistas,
aprendices de brujo e intérpretes de los intereses y recetas de los organismos
financieros internacionales, pese a los propósitos
del partido gobernante por enmendar la plana seguirá conduciendo al país por el
negativo derrotero neoliberal de achicar al Estado mexicano en beneficio del
capital extranjero. Con la agravante de que la presunta y mermada base social
de apoyo con que cuenta el peñismo, se muestra decepcionada y escéptica frente
a los enroques aplicados.
Para la mayoría de
los medios de comunicación, el “ajuste” en el gabinete ofrece la oportunidad de
especular en torno a la sucesión presidencial. Para el Sr. Peña un intento
fallido por mejorar imagen y aceptación, en tanto que para la mayoría empobrecida
de la población, más desigualdad,
desempleo y pobreza es la expectativa para lo que resta del sexenio.
-ooo-
“A río revuelto, ganancia de pescadores” reza el refrán,
refiriéndose a aquellas personas que sacan provecho de
las situaciones de confusión o desorden,
y esto es lo que se observa en la cúpula del empresariado veracruzano
que aprovechando la crítica situación por la que atraviesan las finanzas
gubernamentales, como decía mi abuela, se quieren agandallar trasladando el
efecto del impago de bienes y servicios por parte de la administración
duartista, a indefensos consumidores de
a pie.
Si de alguna manera
repercute en empresas y hombres de negocios la deuda pública estatal, que paguen
los platos rotos los que menos tienen, vía desempleo e incremento de precios.
Fórmula cómoda de la cúpula empresarial para presionar a las autoridades y quedar bien con sus agremiados.
Xalapa, Ver., agosto 30 de
2015.
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